A escasos meses de finalizar la temporada se observa la falta de actuación por parte del estado.
En pleno centro de la villa turística se puede ver la imagen de uno de los tantos comerciantes que llegan a Las Grutas con la sola intención de obtener un beneficio económico.
Nada les importa de la imagen que dejan fuera de la temporada total ya no es redituable económicamente.
Sin embargo, la falta de una política sobre los terrenos especulativos genera estas imágenes de abandono a metros de nuestro encanto natural.
Es necesaria una normativa que regule la existencia de los terrenos baldíos que se encuentran en lugares céntricos, aquellos privados que solo tienen por objeto generar una especulación económica solo en temporada y sin inversión alguna.
Aún no existe una norma que los regule para que se construya en dichos predios o los obligue a que estén cerrados con cercos vivos perimetrales, creando asi una visibilidad acorde con el destino y su alto contenido de imagen natural de excelencia.
Por otro lado, dicha norma podría contemplar y destinar espacios específicos, dentro de un plan de desarrollo urbano para los servicios de temporada, concretamente los de entretenimiento, evitando así estas imágenes negativas posteriores, finalizado el verano en nuestra ciudad.