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Mastropiero entre nosotros - Estacion Diaria
Provincia & Región

Mastropiero entre nosotros

Editorial: Noticias de la Costa

El grupo de humor argentino Les Luthiers ha venido deleitando durante décadas a medio centenar de países.

Sus creaciones son acompañadas de los más diversos instrumentos musicales con personajes que ya forman parte de la historia con un estilo tan particular como innovador.

Uno se esos personajes es Johann Sebastian Mastropiero, que protagoniza hilarantes situaciones. En una etapa de su vida, al decir de sus creadores, Mastropiero emprende lucrativas actividades.

Se enfoca en tres rubros siempre discutidos desde la calificación social: casino, cabaret y un almacén. Toda la ironía está en el orden que lo ubican: al frente y a la calle el más potable, el casino. Le sigue detrás en un segundo plano el cabaret; y oculto detrás el negocio más oscuro: el almacén.

La irónica humorada viene a cuento del presente argentino donde el aumento sin control de los alimentos pone al sector de los supermercados, los grandes almacenes de la época, en el medio del debate sobre el costo de vida, los salarios y la ausencia del Estado en la puja de intereses y lucro que lastima los sectores más vulnerables de la sociedad. Los números son espeluznantes, la pobreza extrema alcanza a ocho millones de personas de las cuales seis millones pasan hambre.

La mejoría, por la que brega el gobierno nacional cuando llegue, lo hará para aquellos que puedan acceder al empleo donde la calificación y nivel educativo serán priorizados. En el estado nomás hay un sobrante de agentes que algunos fijan en el millón.

La hipótesis más optimista no contempla la inclusión real de esos ocho millones, que además deben ubicarse en soluciones de mediano plazo de una década como mínimo. Es el drama de la pobreza que ha venido para quedarse, cuya escasa presencia tres décadas atrás nos ponía a la cabeza de los países latinoamericanos cuando ahora somos uno más, y no precisamente en el tercio de los mejor posicionados.

Rescatemos de la ironía de Les Luthiers en la que el ‘almacenero‘ Mastropiero ubica a su actividad como vergonzante y la manda detrás del casino y el cabaret. Es que debe haber pocas cosas cuestionables por la lupa de la moral como hacer indebido lucro con la comida, y llegado el caso, ponerle precio a la necesidad de comer del otro.

Se puede decir que el Estado estos tiempos asume las características de un almacenero definido como lo hacen Les Luthiers. Frente a la necesidad consolida poder porque en su órbita está la única respuesta posible.

Ese poder viene desde el pronunciamiento popular a través del voto, poder que tiende a depositarse en favor de quien tiene la posibilidad de continuar brindando alimento. El argumento es extensivo a los subsidios, las pensiones, los retiros, las jubilaciones, todo digitado por el Estado, el Gran Hermano, el Mastropiero de la creación lutheriana.

La democracia como el sistema más perfecto de participación y gobierno queda hecha añicos ante el panorama de necesidad extrema y respuesta de los gobiernos.

Hay solo un paso a la tendencia a perpetuarse en el poder, a que las alternativas se den dentro de los oficialismos, a que el debate sea un disfraz del autoritarismo. No es extraña que la idea sea reemplazada por la imagen, que las personas desplacen a los partidos políticos. Y tampoco llama la atención que una vez llegados al poder el marketing y manipulación de la opinión pública posterguen la solución de los grandes problemas.

El Almacén Rionegrino funciona a pleno. Juntos Río Negro, responsable del gobierno, lo administra con un estilo muy cercano a Mastropiero. Tiene plata y reparte; no tiene y se endeuda. Mientras promete.

Nada reprochable hasta allí, es un estilo, una manera de concebir el gobierno, y en general es una tendencia en las que caen todos los gobiernos, de antes y ahora. Propone un Plan de Obras promediando el sexto año de mandato cuyo monto duplica la deuda que viene generando el déficit que arrastra desde hace dos años. No apto para cardíacos.

Ser el dueño del Almacén genera sobre estimación, al borde de la soberbia. Somos los únicos que podemos defender a los rionegrinos, definió el Legislador Operador Facundo Lopez en el espacio Selfie que conduce Carolina Fernández en Radio Noticias.

Siguió López: los macristas entre defender los intereses nacionales y los rionegrinos lo harán por los primeros. Los peronistas defenderán las posiciones nacionales de su partido, no los de nuestra provincia. Somos los únicos, insistió López, que pensamos en Río Negro.

Ante la demanda de obra pública el gobierno responde con un bono a diez años (Plan Castello) con obras cuyo interés equidistan entre las necesidades y la adhesión al Almacén. ¿Quién le va a prestar plata a Río Negro si no es con el visto bueno y la garantía de la Nación? ¿Quién va a atemperar los efectos de la crisis de un tercio de la provincia y la mitad de sus habitantes en el Alto Valle, mientras el gobierno no puede pagar una cuenta a proveedores hasta la última semana del mes porque no le alcanza para los sueldos?

Las candidaturas de los émulos de Mastropiero se comenzarán a definir este fin se semana. Los nombres son los que ya se conocen: Pedro Pesatti, Mónica Silva, Alejandro Palmieri, Carlos Valeri.

No se descarta alguna sorpresa, la carta en la manga de último momento. A la hora de los merecimientos la Ministra de Educación Silva pasa por trabajadora en medio de un Gabinete opacado por el estilo que impone Weretilneck.

Descartamos la candidatura del Ministro de Licitaciones Carlos Valeri por el sencillo hecho que será imposible ubicarlo para que firme la aceptación de la misma.

Lo lógico sería una guardia en el Ministerio, pero no hay garantías que pase por allí antes del 24 de junio en que debe cerrarse el tema. Lo de Palmieri tiene el condicionamiento que adelantó él mismo: quedó exhausto por el trabajo que le demandó la ley de endeudamiento para el Plan Castello, con lo que sembró dudas en torno al esfuerzo que le llevarán cuatro años en el Congreso Nacional.

No todo es malo en relación a la comparación con el Almacén de Mastropiero. La proximidad de las elecciones nos habilita a pedir fiado, será una deuda más en época de endeudamiento, una mancha más al tigre. Suerte.  

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