Una familia cordobesa que había llegado a Bariloche para probar suerte en el verano, quedó tres días a la deriva en la Ruta 151 cuando volvían a su provincia tras sufrir un desperfecto mecánico. Fueron ocho personas que pasaron tres noches en pleno campo cerca de Catriel hasta que un grupo de vecinos solidarios los fue a buscar. “Nos volvemos porque nos quedamos sin trabajo y tenemos familiares muy enfermos”, comentaron.

El viernes a las 18 salieron de Bariloche a bordo de dos vehículos, un Volkswagen Senda donde viajaban Gabriel Encinas, su esposa y dos hijos de 4 y 1 años. A bordo de una camioneta Land Rover Discovery que tiraba un carro con la mudanza iban su padres y dos hermanos. Todos contaban con permisos para circular e ingresar a su provincia de origen. Pero todo cambió al atravesar el Alto Valle. Entre Barda del Medio y Catriel falló el motor de la camioneta y se paró; no volvió a arrancar más.

“La camioneta se quedó sin aceite y se arrastraron los casquillos de las bielas, y no arrancó más. Tuvimos que dormir en los autos en pleno campo. Con el auto viajamos a Neuquén para intentar conseguir repuestos, pero no los conseguimos, y estamos tratando de arreglarlo con lo que tenemos. Desde el sábado a la tarde estuvimos tirados al costado de la Ruta 151”, contó Gabriel en diálogo.

Dijo que vecinos de Catriel que pasaron por el lugar comenzaron a pedir ayuda en las redes sociales y en las radios, y les llevaron comida y agua. Hasta la mañana de este marte que los fueron a buscar.

“Un grupo de vecinos nos fue a buscar y nos llevó la camioneta a la rastra. En Catriel nos prestaron un departamento para quedarnos hasta poder arreglar la camioneta y seguir viaje a Córdoba. Estamos muy agradecidos”, relató el joven.

La familia Encinas llegó en el verano a Bariloche desde la ciudad de Montecristo, Córdoba. No atravesaban un buen momento económico y decidieron llegar a Río Negro para probar suerte, pero la pandemia cambió por completo los planes. Tras viajar 1561 kilómetros se instalaron en un campo a 20 kilómetros de Bariloche, y Gabriel junto a su padre consiguieron trabajo en un frigorífico mientras que una de las hermanas trabajaba en un puesto de comida callejera. Todos sufrieron las consecuencias de la pandemia, y quedaron desocupados. A los problemas económicos se sumó la enfermedad de dos tíos que estaban en Córdoba y necesitaban compañía.

“Solicitamos todos los permisos y nos mudamos, nos volvimos. En Córdoba está difícil entrar, pero conseguimos la autorización. Nos van a hisopar y tenemos que hacer cuarentena de 14 días. Pero el permiso se nos venció el domingo, y ahora tenemos que renovarlos. Por suerte en Catriel no están ayudando mucho, con comida, casa y todo lo que necesitamos. Esperamos arreglar la camioneta pronto y poder continuar”, añadió Gabriel.

Por fortuna la familia Encinas se topó con una comunidad que les abrió los brazos y los ayudó rápidamente. No les importó que fueran de otra provincia o que estuvieran de paso, y se movilizaron desde muchas áreas diferentes. Ahora están contenidos y apenas la camioneta arranque continuarán con el viaje de vuelta a casa.