La ministra de Turismo de Río Negro, Silvina Arrieta, reconoció que la parálisis que sufrió el aeropuerto con la tormenta de nieve y las dificultades para dar una rápida respuesta “dejan muy mal parado a Bariloche como destino”.

Dijo que en turismo el público es muy sensible a las noticias que se difunden por la prensa masiva y también a los comentarios de parientes y amigos. Y los miles deviajeros que quedaron varados sin dudas generarán un impacto negativo para la ciudad.

“Tenemos que trabajar en la mejora de los servicios y en la infraestructura del aeropuerto -señaló Arrieta-. No puede ser que haya tanta demora para limpiar las pistas”.

La nevada, de un volumen poco habitual, se produjo el viernes. Y durante todo el sábado la terminal aérea permaneció cerrada, a pesar de que ya había buen tiempo.

La ministra dijo que ayer mantuvo varias reuniones y se dedicó a realizar un “relevamiento” de los equipos disponibles, con la idea de entregar hoy un informe al gobernador. Señaló que según sus datos “existe una sola máquina” para despeje de nieve en el aeropuerto. Y que desde ayer iba a estar disponible un “pisapistas” aportado por la empresa concesionaria del cerro Catedral.

Dijo que el aeropuerto de Ushuaia está mejor preparado para responder ante una nevada. Y consideró que el de Bariloche, “al ser un centro turístico internacional”, debería contar por lo menos con los mismos recursos.

También señaló que el salón de espera de la aeroestación resulta insuficiente para una emergencia con tanto vuelos cancelados, dado que “hacen falta más asientos y otro tipo de servicios”.

Señaló sin embargo que la nieve puede superar cualquier previsión, “como ocurrió en Nueva York en enero pasado, para las fiestas, cuando en dos horas quedaron cancelados más de 300 vuelos”.

Arrieta dijo que estuvo abocada en los últimos días a “resolver problemas de los turistas”, conseguir colectivos como alternativa, aportar viandas para los que esperaban por sus vuelos y “trabajar con la Asociación Hotelera”, a fin de alojar a los demorados.

En relación con los abusos de precios dijo que se enteró de las denuncias pero que no pudo comprobarlo en forma directa. Aseguró haber comprado comestibles en el aeropuerto pero no le cobraron de más.

Refirió que queda como conclusión “la necesidad de actuar con rapidez” y de coordinar con Aeropuertos 2000, el municipio y el resto de los sectores turísticos en un “comité de crisis, para manejar las cosas de otra forma”.