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Temen que el caballito de mar esté en el menú del cangrejo invasor

Hubo un notable descenso en la población de los hipocampos en la bahía de San Antonio en coincidencia con la aparición del crustáceo

El cangrejo verde europeo, el crustáceo exótico e invasor que se está propagando de manera alarmante por la costa Atlántica rionegrina, podría sumar otra imputación a su foja de antecedentes nocivos.

Ya se está investigando los perjuicios que podría causar al pulpito tehuelche, especie de interés productiva, por la posibilidad de que esté usurpando sus espacios de refugio.

Ahora surgió que también podría estar afectando al caballito de mar y al pez aguja, emparentados y habitantes de la Bahía San Antonio, declarada área protegida, y en zonas aledañas.

La posibilidad la expuso el biólogo Diego Luzzatto, miembro del CONICET, quien identificó a este pez de la familia de los hipocampos y los estudia desde hace más de una década.

La sospecha apunta a que el cangrejo se esté alimentando de los pequeños peces.

“Es una hipótesis entre muchas. No se sabe con certeza científica”, expresó Luzzato.

El dato que puso en alerta al profesional es que el último verano se notó la aparición de una cantidad asombrosa de los crustáceos forasteros, y como contrapartida, hubo una disminución drástica de caballitos y peces aguja.

“No puedo decir de manera terminante que se deba a que se los están comiendo los cangrejos. Puede ser por esto o por otros motivos”, insistió.

Sostuvo que al ser una hipótesis “existen formas de determinar si esto está ocurriendo o no”, en referencia a pruebas de laboratorio que se deberían efectuar para determinar si es válida o no la teoría.

Una PCR lo definiría

Para el científico radicado en Las Grutas, deberían analizar los contenidos estomacales de los cangrejos para determinar de qué se alimentan.

Describió que esta especie muele su comida, y eso hace que sea más complejo el examen.

“Agarra algo entre las pinzas y lo va triturando muy chiquito, entonces cuando le revisan el estómago hay un masacote que no se sabe que contiene”, sostuvo.

Pero aclaró que hay un método factible que está al alcance de la mano.

Precisó, al respecto, que sería conveniente realizar PCR, similar a la conocida técnica que se implementa para detectar el COVID.

Luzzato destacó que “permite detectar si es positivo o negativo para caballitos de mar o peces aguja dentro del estómago de un cangrejo”.

Explicó que habría que atrapar unos cien cangrejos, extirparles los estómagos y hacer una PCR por cada ejemplar.

“Es una manera de probarlo fehacientemente si está ocurriendo o no está ocurriendo”, expresó.

Dijo que el estudio se puede hacer en cualquier laboratorio y que están en eso junto a científicos del exterior.

“Lo estamos planteando con los máximos referentes de caballitos de mar”, anticipó.

Preocupante disminución de ejemplares

Luzzato subrayó que la población de caballitos y peces aguja de la bahía de San Antonio viene padeciendo una disminución alarmante, pero que se agravó el último verano.

“Estaba declinando la población, pero en la primavera pasada aparecieron muchos más a los que venía viendo”, reveló. Fue durante las restricciones impuestas por los contagios de coronavirus, cuando hubo un marcado descenso de visitantes.

“Nos dio buenas expectativas de que se estaba recuperando la especie, a lo mejor por efecto de la pandemia que había colaborado para que hubiera muchos turistas”, agregó.

Sin embargo, el último verano advirtió nuevamente una reducción notable de ejemplares.

Y en coincidencia, apareció el cangrejo forastero.

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