Lamentablemente es noticia hoy la pérdida otra criatura a causa de asfixia por golosinas duras.
No queremos que nuestros hijos e hijas tengan acceso a éstas en las escuelas ni en ámbitos de educación no formal como clubes, academias y salones de fiestas infantiles.

Los caramelos y chupetines han sido más de las que quisiéramos, causa de asfixia y sus indeseables consecuencias. Desde lo nocivo del azúcar, hasta el riesgo de muerte por asfixia, las golosinas no deberían entrar en las escuelas ni mucho menos que la misma la provea.

Lancé una petición en change.org para que no sólo directivos escolares tomen conciencia del riesgo, sino también para que dejen de abastecerse en lugares donde hay niños y niñas en situación de juego y/o movimiento. Pedimos a la ANMAT dependiente del Ministerio de Salud de la Nación reciban nuestro pedido y actúe en consecuencia.

Invito a la fundación Arcor a tomar cartas en el asunto.

No es un accidente si puede evitarse, evitemos tragedias, evitemos dolor, que niñas y niños puedan moverse libremente y jugar sin un “arma” en la boca.

Niños y niñas necesitan jugar libremente para vivir sanos, no golosinas.

Una desgracia ya debería haber sido suficiente para evitar las demás.

Mercedes Manzano

Córdoba