El cuerpo de una ballena que desde hace semanas se encuentra en una playa al sur de Las Grutas, en un área donde se encuentran varias viviendas, inquieta a los moradores por el fuerte olor que despide y los riesgos sanitarios que eso supone.

Se trata de un ejemplar de la especie jorobada que encalló en el sector a fines de junio y que, al parecer, es la misma que días antes había aparecido muerta en Puerto San Antonio Este.

Se presume que la corriente marina luego la arrastró hasta la zona próxima a Piedras Coloradas, un lugar paradisíaco que cada vez es más visitado por los turistas.

Allí quedó varada, donde continuó descomponiéndose.

Vecinos contaron que es habitual observar perros por el lugar, de los muchos que deambulan por la zona, y que incluso han visto a algunos arrancarles pedazos de carne, supuestamente para comérselos.

El estado de putrefacción ha ido avanzando y algunas partes del cadáver se han ido desprendiendo, como una de las aletas pectorales que yace a un costado.

El temor radica en que quedó en una parte alta de la playa y ya no abría posibilidad de que el mar se la lleve nuevamente. Incluso, no eso sucedió en la sucesión de mareas extraordinarias que se registraron días atrás.

Habitualmente, cuando ocurren estos eventos, se entierran a los animales en el mismo lugar para evitar perjuicios y que la gente se acerque, porque puede ser nocivo para la salud de las personas.

Trascendió que están analizando rociarla con algún tipo de combustible e incinerarla si las autoridades no hacen algo en lo inmediato.

La minke enterrada en San Antonio

En la ría de San Antonio hay una ballena de 12 metros enterrada. Era de la especie minke que en noviembre de 2008 apareció muerta en un balneario muy concurrido ubicado al lado del muelle de pescadores.

Un equipo de científicos del Instituto de Biología Marina y Pesquera Almirante Storni y de un laboratorio de la localidad de Puerto Madryn realizaron una necropsia frente a una multitud de personas.

La operación consistió en cortarle a cuchillo gruesos trozos de piel y carne, para realizarle estudios.

Posteriormente la cortaron en pedazos y la enterraron a pocos metros, donde aún permanece.