
“El problema se originó en la
casa de mi mamá, cuando cuatro pibes pasaron y tiraron piedras”, recordó Lázaro
Andrade, que luego continuó: “Mi hermano sale, discuten, y un pibe sacó un
cuchillo de la mochila, lo encara y responde partiéndole la guitarra en la
cabeza”.
En esta línea, Lázaro comentó que los menores ingresaron a una casa y, minutos más tarde, volvieron con un arma calibre 22 largo. “Le pegó un tiro a mi hermano, que le entró en el corazón y de ahí fue al pulmón”, manifestó.
“Nos destruyó como familia, era el hermano más chico”, lamentó.
Posterior al episodio, indicó que en más de una oportunidad, familiares o amigos del asesino fueron hasta la casa de su madre a amenazarlos e intimidarlos.
En este sentido, dijo: “Yo no me pude ir más de la casa de mi vieja, un día salgo a trabajar y había un tipo esperándome afuera diciendo que no hagamos nada. Me mostró las armas que tenía y sabía todo de nosotros”.
Ante lo solicitado en la audiencia, de dos años de prisión en suspenso, Lázaro aseguró que además del menor involucrado, en la casa del mismo se encontraba un efectivo policial.
“Este policía lo deja salir al pibe con el arma”, cuestionó. “El hombre, según lo dicho por el testigo, sale con el arma 9mm, la levanta y le dice a los cuatro pibes que entren a la casa”.
Asimismo, resaltó que el policía “encerró en la casa a los jóvenes y revoló a el arma al patio de al lado”. “No tiene ninguna condena, solo pidió un traslado y esta persona no puede ser un funcionario público”, criticó.
Más adelante, remarcó que “es más responsable el policía que le pibe que apretó el gatillo”.