
Con la declaración de cinco testigos comenzaba en General Roca la segunda jornada del juicio por los 300 kilos de cocaína que intentaban ser enviados a España, desde Villa Regina, y que iban escondidos en cajas de manzanas de exportación.
Los primeros en declarar fueron los dos choferes de los camiones en los que se cargó la droga Walter Melo y Marcelo Hornos. Ratificaron que no vieron nada sobre la carga, porque atracaron los camiones y no vieron lo que pasaba atrás.
Uno de los casos de narcotráfico de la región más resonantes de los últimos años tiene como imputados a cinco personas. En la primera jornada del juicio que comenzó ayer, tres de ellos –el empresario roquense Gustavo Arnaldo, Ángel SalorHoyas (España) y el Tany Cortez Molina (Bolivia)– se negaron a declarar.
El resto, Omar Pancari y Tiziano Díaz prestaron testimonio. El primero aseguró que al momento de descubrirse el cargamento de droga ya no tenía ninguna vinculación con las empresas involucradas.
Por su parte, Díaz limitó su vinculación con los demás involucrados al negocio de la importación de fruta argentina en España, afirmando que nada tenía que ver con un plan delictivo.
En la jornada de ayer quedó confirmado que la droga llegó a Río Negro desde el Valle de Huallaga, en Perú, y que los 300 kilos de cocaína encontrados en junio del 2015 en la aduana de Villa Regina eran de una pureza del 83.9%.