“La situación que estamos viviendo es dramática. Los productores se van muriendo en silencio”. La frase corresponde a Carlos Carrasco, productor de Cipolletti, cuando un grupo de chacareros del Alto Valle protestaban frente a la Secretaría de Fruticultura en Allen.

“Parece que no se los escucha más” dijo en clara referencia al gobierno provincial, y advirtió que “hay 300 kilos de manzana y pera en juego que se van a pudrir en la próxima cosecha si el Estado no toma cartas en el asunto”. “La pera y la manzana se desangran” aseguró, y consideró que este es “el peor momento de la fruticultura”.

Carrasco subrayó que “el alimento se pudre. Queda atrapado en los campos. Y se pudre porque no vale nada”

La bronca de los productores aumenta a medida que se acerca el pico de la temporada. Ayer, anunciaron que están analizando medidas para que sus reclamos sean escuchados por el secretario del área, Carlos Bancaloy, el ministro de Ahricultura, Ganadería y Pesca, Alberto Diomedi, y gobernador Alberto Weretilneck.

No descartan pasar las fiestas en la ruta. Tampoco piquetes. “Necesitamos que la Secretaría funcione, que sirva para algo”.