Mientras se muestra como el paladín de la moral y los valores en sus discursos contra La Libertad Avanza, recorre la provincia en un vehículo bautizado “La Martineta”… pero lo que no cuenta es que ese rodado se encuentra en juicio por una deuda millonaria de patentes impaga (según expediente de más de 5 millones de pesos periodo 2022-2024), y nueva deuda generada por 2 millones.
 

La incoherencia es total: quien pretende sentarse en el Senado para “dar el ejemplo” y atacar a sus adversarios políticos por cuestiones éticas, no paga lo que debe al Estado. Y no hablamos de una infracción menor: se trata de una deuda abultada que ya generó acciones judiciales y que hoy salpica de lleno su campaña.

La gente de Río Negro no puede dejar de preguntarse:

• ¿Con qué cara habla de transparencia alguien que anda en un vehículo con semejante historial de deudas?

• ¿Qué confianza puede generar un dirigente que se presenta como “renovador”, pero en los papeles arrastra cuentas millonarias sin saldar?
   

Mientras tanto, “La Martineta” sigue circulando por las rutas provinciales como símbolo de la doble moral de un político que pretende llegar al Senado con promesas de cambio, pero que en su vida personal acumula jefes enjuiciados y presos, una larga sociedad con el sorismo y deudas con el propio Estado al que dice defender.