No hubo demasiada historia. En Emiratos Árabes Unidos, Real Madrid alzó su segundo Mundial de Clubes consecutivo tras derrotar 1-0 a Gremio de Porto Alegre con un tanto de Cristiano Ronaldo.

Fue el sexto título mundial para el elenco Merengue, que no pierde una final internacional desde aquel 1-2 ante Boca en el 2000. En la cancha, la sensación fue clara: Gremio jamás entró en partido y el club blanco dominó con tranquilidad.

La ventaja definitiva llegó en el complemento, cuando iban 8 minutos. Fue así que, de tiro libre, Cristiano remató por el medio de la barrera y la clavó contra un palo para estampar el único gol del encuentro.

Instantes después, el Real estiró la diferencia pero el tanto fue anulado por un offside inexistente. Otra vez, era CR7 el encargado de engrosar el marcador.

Pese a que realizó un desgaste enorme, Gremio casi no tuvo situaciones de gol. Fue Marcelo Grohe, el arquero, su jugador más destacado. Los brasileros sintieron demasiado la ausencia de Arthur, su máximo crack.